11 - Y en las esquinas me habla una lengua que no entiendo, unos barcos que hunden la soledad de las banderas, el vacío de las redes cuando vuelvo a la calle adonde no pueden llegar las ondas que lloran en el pasado y los semáforos cambian el rumbo de los motores desbocados
12 - los semáforos y se arrodilla el sol cuando pasa la muchacha de ayer que apenas sonreía y enviaba pétalos a los claveles del mañana enclavado en una estatua que guarda una sonrisa a pesar de los fusiles y las cadenas que no pueden llevarse el altar de los santos descreídos
14 -Sabes que tienes algo qué decir, pero no sabes dónde, quién se detendrá a escuchar lo que no quiere oír, quién querrá ver la injusticia que aflora
15 - al otro lado de la barrera, qué poeta evitará las náuseas cada vez que le griten que equivocó su camino, quién escribirá poemas de amor entre cables y suspiros cuando busque tu pañuelo en el adiós de los barcos.
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca llegue con un pregón que se levante
sobre las conciencias que nunca piden nada,
sobre el coloso y la muerte que muestran sus garras
en la oscuridad de sus cristales
con una fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto hundidos.
Me iré adonde vaya la huella de tu rostro,
adonde juegue el aire con tu presencia ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro,
adonde los latidos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la incomunicación del ansia del amor oscura
que destroce los versos
que se pierden llorando en una red confusa
que se extiende en el mar y cabe en mi mano.
Porque sé que no tendré paz para encontrar
la palabra precisa para vestir mi queja,
que cerrarás mis labios cuando grite la azucena
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que sueñan en la playa
cuando el verano alarga su latido en las arenas de fuego,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido.
20 - un verso de luz entre las cañas, un silencio enlutado que me recuerde las cuerdas de tu olvido
21 - Hay un pacto implacable entre tu amor y el odio, un exilio de caricias en la cumbre de tu mirada, un deseo vehemente de reducir lo que se siente en palabras
22 - cuando supe decirte tanto con los ojos, cuando te di mis labios con el alma
23 -De levantarán los lazarillos con sus cajas en las aceras, volverá Miguel con su pantalón de pana a cantar entre las armas y los trigos, el corazón de una amapola que no recuerde la sangre, el ruido del mar en el silencio del campo,
24 - La mirada en el horizonte de un nuevo país que emerja entre las flores, que no cante a las penas
25 - Y las esquinas me hablan en un idioma que entiendo y no puedo comprender, el amor se fue de madrugada y aquí el sol se esconde en su propia luz para no ver
26 - Para no ver una hermosa bandera que se escapó de los balcones y ahora vaga por las calles junto a los vagabundos que ya no recuerdan si alguna vez quisieron
27 - Quisieron ser libres, si tuvieron una mesa con un bodegón de tela, una figura de fuego sobre los muebles fríos, una lágrima de Billie Holiday en un pick up polvoriento, una hiriente sensación de que todo había acabado como el musgo retraído de la tierra desolada, como el alma de la noche en un corazón de barro
28 - en estos ojos que ya no saben mirarte, en estas venas que sangraron por tu nombre, en estas carreteras oscuras de tus brazos, grita mi corazón y no se encuen
29 - !Oh, pequeña Manhattan, donde se peina Norma,donde los extraños tenemos la misma lengua de los silencios, donde asoman los veleros que naufragan en la sangre de los pinos
30 - Dibujo Fernando Vicente. de los espejos, donde los hombres mienten y las mujeres ocultan la verdad, donde los niños lloran y atraviesan la pequeña calle larga
31 - Con una vela en la mano que les muestra la agonía de los vientos, con una pena tan honda que muere bajo los pies de los cipreses, sobre las guirnaldas de una
32 - De una ciudad maldita que fuera del fandango la alegría, que cruzaba el arrebol de unas palabras perdidas en la mirada del foso
33 - Volvía a pensar en Roslyn, no había conocido esa belleza que hundida emergía desde un corazón en blanco y negro que no podía gritar su tristeza
34 -No sé si fue feliz en la Gran Manzana, pero fue en su suelo donde dejó más sonrisas, fue en sus alas donde se acercó al método, en sus entrañas donde se estre
35 - Donde se estremeció la tinta en un cuaderno y las mariposas llamaban a la tristeza en los cristales
36 . Mi corazón de calle, rondando tus edificios sobre la herida antigua de un barrio que se quedó dormido en los brazos de una bulería y no te nombra
37 naufragan en la sangre de los niños que no pueden gemir mientras la vida pasa y las venas de los justos se enredan en el laurel de las vidrieras de los fuertes
38 - En la avaricia de injusticia que los ricos han transmitido a los hijos del arroyo con una caricia de garras que invade los adoquines donde saltaban las cadenas
39 - con el ritmo violento de un arlequín disecado que no se encuentra en la aurora, en la agonía de los circos, en un verso arrinconado por una servilleta con el
40 - Con el recuerdo de una plegaria que le muestra que los besos se han perdido. Pero no me conformo y sufro en los estanques donde derramé el vuelo de tu abrigo
41 - los botones heridos de tu falda, esperando la noche profunda de tu cuerpo, la soledad de la huella que se arrastró en la playa
42 - Resisto por las flores de aquellos que perdieron y siguen en mi frente cantando una balada de amor entre las balas,
43 - No sé si cerrar los ojos esperando que se vaya el puñal de las cortinas, la sangre de las murallas, el verso que golpea mi chaqueta y mis sienes, la soledad
43 - No sé si cerrar los ojos esperando que se vaya el puñal de las cortinas, la sangre de las murallas, el verso que golpea mi chaqueta y mis sienes, la soledad
***
26 - Para no ver una línea del cielo que se escapó de los balcones y ahora vaga junto a los vagabundos por las calles que ya no recuerdan si alguna vez quisieron
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca llegue con un pregón que se levante
en los tranvías que pasan vacíos hacia la noche
hacia las conciencias quietas que nunca piden nada,
hacia el coloso y la muerte que muestran su desgarro
en la oscuridad de sus cristales
con una fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto hundidos.
Me iré adonde vaya la huella de tu rostro,
adonde juegue el aire con tu recuerdo ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro
respiran la función que nunca acaba,
adonde los latidos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la imagen de tu sonrisa fresca tendiendo hilos de plata
Porque sé que perdí la paz y no encontraré
la palabra precisa para vestir mi queja,
que cerrarás mis labios cuando grite el horizonte
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que vagan por la playa
cuando el verano alarga su latido en las arenas ardientes,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido
y lloran entre la brisa las ramas de un poeta.
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca llegue con un pregón de escarcha
que se levante en el recuerdo
de los tranvías de San Fernando
que ruedan vacíos hacia la noche,
en las conciencias quietas que nunca piden nada.
Derramaré canciones, construiré palabras que caminen
hacia el coloso y la muerte que muestran su desgarro
en la oscuridad de sus cristales, en las fábricas
que viertan su discurso en el humo
con la fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto que hunde la razón y los sentidos.
Me iré adonde vaya la huella de tu ritmo,
adonde juegue el aire con tu sonrisa ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro
respiren la función que nunca tuvo vida
y vibra en nuestras frentes,
adonde los pulsos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la imagen de tu mirada fresca tendiendo hilos de plata
en la sábana del viento del futuro.
Porque la paz perdí y no puedo encontrar
la palabra precisa para vestir mi queja,
porque cerrarás mis labios cuando grite el horizonte
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que vagan por la playa
cuando el verano alarga su latido en la ardiente arena,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido.
***
*** *** ****** *******
11 - Y en las esquinas me habla una lengua que no entiendo, unos barcos que hunden la soledad de las banderas, el vacío de las redes cuando vuelvo a la calle adonde no pueden llegar las ondas que lloran en el pasado y los semáforos cambian el rumbo de los motores desbocados
12 - los semáforos y se arrodilla el sol cuando pasa la muchacha de ayer que apenas sonreía y enviaba pétalos a los claveles del mañana enclavado en una estatua que guarda una sonrisa a pesar de los fusiles y las cadenas que no pueden llevarse el altar de los santos descreídos
14 -
Sabes que tienes algo qué decir,
pero no sabes dónde,
quién se detendrá a escuchar lo que no quiere oír,
quién querrá ver la injusticia que aflora
- al otro lado de la barrera,
qué poeta evitará las náuseas
cada vez que le griten que equivocó su camino,
quién escribirá palabras de amor entre cables
y suspiros cuando busque tu pañuelo
en el adiós de los barcos.
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca
llegue con un pregón que se levante
sobre las conciencias que nunca piden nada,
sobre el coloso y la muerte que muestran sus garras
en la oscuridad de sus cristales
con una fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto entristecido
Me iré adonde vaya la huella de tu rostro,
adonde juegue el aire con tu presencia ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro
jueguen una partida,
adonde los latidos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la incomunicación del ansia del amor oscura
que destroce los versos
que se pierden llorando en una red confusa
que se extiende en el mar y cabe en mi mano.
Porque sé que no tendré paz para encontrar
la palabra precisa para vestir mi queja,
que cerrarás mis labios cuando griten los pensamientos
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que sueñan en la playa
cuando el verano alarga su latido en las arenas de fuego,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido.
20 - un verso de luz entre las cañas, un silencio enlutado que me recuerde las cuerdas de tu olvido
21 - Hay un pacto implacable entre tu amor y el odio, un exilio de caricias en la cumbre de tu mirada, un deseo vehemente de reducir lo que se siente en palabras
22 - cuando supe decirte tanto con los ojos, cuando te di mis labios con el alma
23 -De levantarán los lazarillos con sus cajas en las aceras, volverá Miguel con su pantalón de pana a cantar entre las armas y los trigos, el corazón de una amapola que no recuerde la sangre, el ruido del mar en el silencio del campo,
24 - La mirada en el horizonte de un nuevo país que emerja entre las flores, que no cante a las penas
25 - Y las esquinas me hablan en un idioma que entiendo y no puedo comprender, el amor se fue de madrugada y aquí el sol se esconde en su propia luz para no ver
26 - Para no ver una hermosa bandera que se escapó de los balcones y ahora vaga por las calles junto a los vagabundos que ya no recuerdan si alguna vez quisieron
27 - Quisieron ser libres, si tuvieron una mesa con un bodegón de tela, una figura de fuego sobre los muebles fríos, una lágrima de Billie Holiday en un pick up polvoriento, una hiriente sensación de que todo había acabado como el musgo retraído de la tierra desolada, como el alma de la noche en un corazón de barro
28 - en estos ojos que ya no saben mirarte, en estas venas que sangraron por tu nombre, en estas carreteras oscuras de tus brazos, grita mi corazón y no se encuen
29 - !Oh, pequeña Manhattan, donde se peina Norma,donde los extraños tenemos la misma lengua de los silencios, donde asoman los veleros que naufragan en la sangre de los pinos
30 - Dibujo Fernando Vicente. de los espejos, donde los hombres mienten y las mujeres ocultan la verdad, donde los niños lloran y atraviesan la pequeña calle larga
31 - Con una vela en la mano que les muestra la agonía de los vientos, con una pena tan honda que muere bajo los pies de los cipreses, sobre las guirnaldas de una
32 - De una ciudad maldita que fuera del fandango la alegría, que cruzaba el arrebol de unas palabras perdidas en la mirada del foso
33 - Volvía a pensar en Roslyn, no había conocido esa belleza que hundida emergía desde un corazón en blanco y negro que no podía gritar su tristeza
34 -No sé si fue feliz en la Gran Manzana, pero fue en su suelo donde dejó más sonrisas, fue en sus alas donde se acercó al método, en sus entrañas donde se estre
35 - Donde se estremeció la tinta en un cuaderno y las mariposas llamaban a la tristeza en los cristales
36 . Mi corazón de calle, rondando tus edificios sobre la herida antigua de un barrio que se quedó dormido en los brazos de una bulería y no te nombra
37 naufragan en la sangre de los niños que no pueden gemir mientras la vida pasa y las venas de los justos se enredan en el laurel de las vidrieras de los fuertes
38 - En la avaricia de injusticia que los ricos han transmitido a los hijos del arroyo con una caricia de garras que invade los adoquines donde saltaban las cadenas
39 - con el ritmo violento de un arlequín disecado que no se encuentra en la aurora, en la agonía de los circos, en un verso arrinconado por una servilleta con el
40 - Con el recuerdo de una plegaria que le muestra que los besos se han perdido. Pero no me conformo y sufro en los estanques donde derramé el vuelo de tu abrigo
41 - los botones heridos de tu falda, esperando la noche profunda de tu cuerpo, la soledad de la huella que se arrastró en la playa
42 - Resisto por las flores de aquellos que perdieron y siguen en mi frente cantando una balada de amor entre las balas,
43 - No sé si cerrar los ojos esperando que se vaya el puñal de las cortinas, la sangre de las murallas, el verso que golpea mi chaqueta y mis sienes, la soledad
43 - No sé si cerrar los ojos esperando que se vaya el puñal de las cortinas, la sangre de las murallas, el verso que golpea mi chaqueta y mis sienes, la soledad
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26 - Para no ver una línea del cielo que se escapó de los balcones y ahora vaga junto a los vagabundos por las calles que ya no recuerdan si alguna vez quisieron
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca llegue con un pregón que se levante
en los tranvías que pasan vacíos hacia la noche
hacia las conciencias quietas que nunca piden nada,
hacia el coloso y la muerte que muestran su desgarro
en la oscuridad de sus cristales
con una fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto hundidos.
Me iré adonde vaya la huella de tu rostro,
adonde juegue el aire con tu recuerdo ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro
respiran la función que nunca acaba,
adonde los latidos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la imagen de tu sonrisa fresca tendiendo hilos de plata
Porque sé que perdí la paz y no encontraré
la palabra precisa para vestir mi queja,
que cerrarás mis labios cuando grite el horizonte
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que vagan por la playa
cuando el verano alarga su latido en las arenas ardientes,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido
y lloran entre la brisa las ramas de un poeta.
Me iré adonde habite el rumor de tu tristeza,
adonde mi boca llegue con un pregón de escarcha
que se levante en el recuerdo
de los tranvías de San Fernando
que ruedan vacíos hacia el alma de la noche,
en las conciencias quietas que nunca piden justicia.
Derramaré canciones, construiré palabras que caminen
hacia el coloso y la muerte que muestran su desgarro
en la oscuridad de sus cristales, en las fábricas
que vierten su discurso en el humo
con la fragancia antigua que desprende los harapos
de los edificios en el asfalto que hunde la razón,
los cables y los sentidos.
Me iré adonde vaya la huella de tu ritmo,
adonde juegue el aire con tu sonrisa ausente,
adonde los tableros oscuros del teatro
respiren la función que nunca tuvo vida
y vibra en nuestras frentes,
adonde los pulsos inundados por las flores del destierro
porque ya no tengo camisa, paloma ni azucena
que puedan llevar al hombro
la imagen de tu mirada fresca tendiendo hilos de plata
en la sábana del viento del futuro.
Porque la paz perdí y no puedo encontrar
la palabra precisa para vestir mi queja,
porque cerrarás mis labios cuando grite el horizonte
y el arroyo de los niños encuentre su cauce y su puente,
cuando el poniente acaricie el rostro luminoso
de los enamorados que vagan por la playa
cuando el verano alarga su latido en la ardiente arena,
su sombra fresca en el alma del pozo
donde juegan los pájaros con las cañas y el olvido.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.