sábado, 13 de enero de 2018

Federico ausente




Yo en este rincón donde no llega
el aire que he buscado con ansia y amargura
pensando en la aspereza
de las lenguas que insisten con medallas de cieno
en esta tierra mía
cansada de llorar por quienes la llenaron de elegancia
y la preñaron de ternura,
en cegar la mirada del jilguero
que no aprendió a volar y cayera en agosto,
encadenar el llanto que derrama
el hombre bueno y libre,
desenterrar las flores, apartar las estrellas,
en manchar la hermosura de tu figura y tu acento,
despojar a los santos de su mensaje íntimo
y masacrar la rosa en los labios del poeta.

2 comentarios:

  1. Federico sigue siendo(y seguirá siendo por mucho tiempo)una fuente de inspiración y de frescor para el agostado caminante que se pare a beber a su sombra.
    Siempre es un placer leerte sobre él.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hoy me siento un poco solo al hablar de Federico, quién lo dijera, Joaquín, quién pudiera pensar con los ojos cerrados que su huella sigue abierta para la poesía y ésta se extiende, se hace necesaria y emociona. Pero tú estás ahí, incides en la llaga del recuerdo de un poeta luminoso que vio truncado su esplendoroso camino.

      Un abrazo.

      Eliminar

Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.