1
Ella viene a mi mente
en
este recuerdo de luna y de pena,
en
este sendero de tumbas que buscan los suspiros
en
los miedos de la infancia que se agita.
Si
tuviera sólo un sueño
le
pondría el color del vestido que llevaba
la
última vez que paseó junto al mar
entre
los calendarios del muelle derruido
aunque
no lo recuerde y sufra la falta
y
arda cada noche que llore por su ausencia.
El
camino es largo para que comprenda mi miedo,
demasiado
hondo para medir este dolor,
y el
viento de Poniente que refresca los montes
y
mece las higueras
me
lleva hacia el ocaso
donde
caían los jilgueros que buscaban el sur en el otoño.
18/06/2007
2
En
nombre de la muerte las sombras te llamaban,
querían
hacerte oscura
para
apagar tus ojos y enamorarte del silencio
de
la noche del alma que pierde su latido
y
sin pausa se alarga.
Hay
que apartar los sueños
antes
que llegue la muerte
con
tijeras en sus manos descarnadas,
con
sus deseos de negra luna,
y le diga a los vientos quien fuiste,
en
que escalón olvidaste los libros con tu firma,
que
tren perdiste, acaso, sin saberlo
y no
paró en tu estación de sueños nunca más.
Nunca
más volará la mariposa sobre tu falda abierta
ni
los perros de la tarde correrán
para
lamer tu huella de caricias.
En
nombre de la muerte y entre los árboles de tu infancia,
y el
pozo insondable donde cayó la noche más lúgubre
de
tu canto herido,
tiernas
flores silvestres despliegan tu nombre en el viento.
18/06/2007
3
Las palabras que nadie puede comprender,
el lugar donde cuando eras niña imaginabas
una muerte dulce en primavera,
porque el temor a Dios era más cálido,
menos oscuro,
el sueño que siempre rompía los cristales
sin brillo de mi soledad,
esa soledad mía que tú llevabas en los ojos,
aunque no puedas acordarte
del dolor que rondaba las mariposas encendidas
flotando sobre el aceite.
Ahora dibujas en
paredes que perdieron la blancura
y no despiertan murmullos,
caminas por lugares que fueron derribados
y lloran
por un barrio sin alma que te ha dado la mano
para no entrar solo en el olvido.
Nadie puede explicar adonde fuiste,
como perdiste la túnica virgen
de tu imagen de niña descontenta,
por que no llegaste a ver la luz del rayo
que traía a tus ojos la alborada.
19/06/2007
4
Después de la muerte, las flores
están tristes
y susurran en tu tumba
coplas de amor sobre la hierba
herida.
Te llegará el quejío de los
montes derribados.
y el canto del pájaro ciego que enmudeció
en las Cuatro Higueras.
Siguen su curso las alas del recuerdo,
las manos de la noche,
solo puedes decir que eres pasado
como la muchacha de una estela
ateniense
que tuvo un nombre
quizás un
epitafio o una fecha
escritos por aquellos que la aman
o a la niña que fue y se encamina a la fuente.
Es inútil
llorar cuando la muerte se acerca
y te mira
a los ojos
como lo hacía
en tu candor de niña ,
cuando el
infierno era un lugar
que
convertía tus errores en pecados mortales.
27-29/05/2007
5
En el barrio de la Almadraba
hay
tejados de zinc y gatos,
pero no queda ninguna higuera,
ni
una fuente para beber de noche.
Tus
manos muertas acariciarán la Luna.
Hay
una larga ausencia de Cantina
hay polvo
y cartones en los suelos.
No
hay una niña que cante La otra.
Tu
voz distante despertará mis sueños.
29/05/2007
Es admirable cómo paseas por el dolor como acariciándolo, haciendo de ese sentimiento una belleza que se te escapa a manos llenas. Tu voz poética sube y vuela en las alturas.
ResponderEliminarUn abrazo, Efe.
Gracias, Susi, siempre es agradable poder hablar contigo, y seguir sintiendo, ya va haciendo un cierto tiempo que nos conocemos, tu apoyo, a pesar de mi inconstancia.
EliminarUn abrazo.