sábado, 30 de abril de 2022

Tu mirada

Tu mirada que sueña en el árbol vencido

que guarda nuestros nombres en un papel borrado

y mece los recuerdos

en la hiedra que cubre los muros de tu escuela,

va subiendo la rampa de las hojas caídas 

y no quiere enterrar

un halo agonizante que desgarra sonriente

la vena intransferible de tu calle,

la cruz de mi tristeza

y muestra en las paredes de un antro tu misterio,

las palabras abiertas que vuelven a la playa

buscando una caricia de amor entre la niebla,

la impronta de tu rostro en una nube

frágil y humedecida 

que oscurece tus ojos y se pierde en mis manos.

 

 

 

Tu mirada que sueña en un árbol vencido,

en la hiedra que cubre la Escuela de Comercio,

va subiendo la cuesta de las hojas caídas 

y no quiere enterrar

un verso moribundo que desgarra sonriendo

las venas de la calle,

la luz de mi tristeza

y muestra en las paredes de un antro tu deseo,

las palabras de bronce que vuelven a la playa

y buscan un poema de amor entre la niebla,

la impronta de tu rostro en una nube

frágil y humedecida 

que oscurece tus ojos y se pierde en mis manos.

 

***   ***   *** 



Tu mirada que sueña en el árbol cansado

con la hiedra que cubre la Escuela de Comercio,

va subiendo la rampa de las notas caídas 

y no quiere enterrar

el canto agonizante que desgarra sonriendo

las venas de la calle, la voz de la tristeza.

 

La verdad en la sangre de un trovador ardiente

se retuerce en la escena del recuerdo

y muestra en las paredes de un antro tu vestido 

de sábado y de flores,

las palabras heridas que vuelven de la playa

buscando unos vestigios de amor entre la niebla,

la impronta de tu rostro en una nube

frágil y humedecida 

que oscurece mis ojos y se pierde en tus manos.


 

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.