miércoles, 26 de marzo de 2014

Arlequín melancólico



Cuando te perdí
sabía
que aquella morbidez
de tus primeros besos
vendría conmigo,
la soledad de tu rostro asustado
vendría conmigo
a prolongar el lamento
sórdido de mis ruinas.

Vendría conmigo
la blancura lechosa
de tus senos
a desnudar el dolor
de mi oscuridad sentida.

El arlequín que surge
triste por la mañana
persigue sin espejo
notas que me arrancaste.

No preguntes si vivo,
si canto o si muero
en esta sinrazón que sigue
su camino.

Atravieso la llama tenue
que me dejaste.
No rompas el silencio
que vibra con la muerte;
la llama que se extingue
conserva sus pavesas
y siente su latido.

El arlequín que pasa
triste y desangelado
va vestido de azul
porque el amor es triste.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.