sábado, 5 de octubre de 2024

Mi voz

  



Mi voz

¡Pobre corazón mío, ya caminar no puedes,

quién pudiera pasar de números y seres!

(Baudelaire)


Llegó una noche triste con el vinagre amargo
empapando la frente y la mirada
dolorida y sangrante
de la brisa perdida que yo amaba,
no supo terminar su recorrido,
transformarse en el gallo del canto que moría
ronco cada mañana,
y allí tendida como flor marchita
que busca su pasado vertido en la almohada
como un jarrón desierto

mi voz se desgajaba,

mi voz que no tenía normas ni diccionario,
mi voz atormentada,
mi luz de ave sin norte temblando en las paredes
donde el romero ardía, donde la sombra hablaba.

¿Dónde está aquel muchacho que creía en la vida?
¿Dónde el viento del sur que mecía su playa?
¿Dónde mi voz de luna que rimaba los puertos?
¿Dónde la primavera vestida de alborada?

Mi culpa atravesada por un quejido antiguo,
mi corazón perdido en una voz que pasa
y no encuentra el camino de la pasión ardiente
que lleva hasta tus ramas,
la llave del silencio abierta a mi lamento,
mi apetencia de vida muriendo en la distancia.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.