Creo que, por desgracia, no hay que recordar mucho para encontrar el mundo que denunciaba Pasolini. El debilitamiento de la sociedad sagrada en Occidente no ha hecho que esta haya sido sustituida por otra con verdaderos valores humanistas.
(9 de junio de 2018)
Creo que debemos conocer a Pasolini, estemos de acuerdo o no con sus posicionamientos; dio motivos sobrados para cuestionarlos, en buena parte por una inconformista tensión constante que le hacía buscar la originalidad y desechar los tópicos más aceptados; su polémico punto de vista sobre el aborto no satisfizo a nadie. Pero quienes escribimos debemos insistir en su poesía, a veces pasan largos años sin que surja un poeta de su talla.
(7 de octubre de 2018)
Pasolini, en sus dos facetas más destacadas; la poesía y el cine, pasaba con suma facilidad de la genialidad al atropello, pero en ellas encontró lo más perdurable, yo añadiría, como su otra cumbre, la entrevista, un arte apenas reconocido e improvisado, en el que siempre buscaba la calidad estética y el compromiso, para mí incomprensible cuando lo basaba en la simple provocación del escándalo, ¿hay algo más escandaloso que decir simplemente la verdad a pequeño-burgueses que sueñan con la burguesía e imitan su decadencia? Su final, sinceramente presentido, podría haber formado parte de uno de sus guiones, sería el mártir en el que creía con el candor mortificado de un niño católico obnubilado por los brazos protectores de su madre. Probablemente nunca tuvo tiempo para escribir poesía, para corregirla o buscar la palabra exacta, el concepto adecuado, aun así dejó poemas que debiera conocer todo aquel que se asoma al mundo de los versos. Cuando empecé a conocer su obra dije, y el tiempo me ha ayudado a corroborarlo, que Pasolini partía de un lugar en el camino adonde no llegarían nunca incluso poetas de renombre.
(24 de octubre de 2018)
Ciertamente, Mirta, se me ha hecho corto tu comentario, perdóname si me he equivocado al llamarte, en España lo más normal es tener dos nombres y es, hasta cierto punto, frecuente que se nos llame por uno solo que no coincide con ninguno de los dos.
La luz del sol sigue madurando,
lejos andan los vendedores ambulantes;
sigue agriándose la tibieza del verdor en los mercados
del mundo,
por las calzadas de indecible perfume,
en las orillas de los mares, al pie de los volcanes.
(Pasolini – 1962 Las hermosas banderas – Traducción de Guillermo Fernández)
Me sorprende que, con respecto a Pasolini, algunos me hayan tratado como a un Jeremías extraviado. Respeto a todos los poetas y no niego ninguno de sus méritos pero pienso que la mayoría de los poetas endiosados, a pesar de su vasta cultura y su pulcritud a la hora de escribir versos, quedan lejos del alma apasionada del poeta boloñés.(26 de octubre de 2018)
La luz del sol sigue madurando,
lejos andan los vendedores ambulantes;
sigue agriándose la tibieza del verdor en los mercados
del mundo,
por las calzadas de indecible perfume,
en las orillas de los mares, al pie de los volcanes.
(Pasolini – 1962 Las hermosas banderas – Traducción de Guillermo Fernández)
Me sorprende que, con respecto a Pasolini, algunos me hayan tratado como a un Jeremías extraviado. Respeto a todos los poetas y no niego ninguno de sus méritos pero pienso que la mayoría de los poetas endiosados, a pesar de su vasta cultura y su pulcritud a la hora de escribir versos, quedan lejos del alma apasionada del poeta boloñés.(26 de octubre de 2018)
Quizás haya demasiados que articulen la muerte de Pasolini haciendo referencia a los hechos y a través de ellos entrar en el pozo insondable de las especulaciones, quizás se haya acaparado demasiado en el simbolismo trágico de que fuera aplastado por una de sus debilidades menos perdonables, esa que le acercaba algunas veces, muy a su pesar, a la decadencia babilónica contra la que clamaba apasionadamente y sin ningún miramiento. No debemos pedirle más a un hombre, hasta Cristo llegó a perder la calma. Pero en el hito más importante de nuestra civilización cada error nos recuerda a los de Cristo, cada pasión de alguien que arrastre una cruz es la suya.(25 de diciembre de 2018)
No recuerdo en este preciso momento si fue su propio y lujoso coche el que acabó deformándolo, aplastando sus órganos y sus huesos, el instrumento póstumo del martirio, como le dije a nuestra entrañable compañera, Roxane. Cada minuto de escritura nos exige demasiado, quedará escrito lo que podrá leerse cuando pasen los años, podrán ser evaluados los errores de sintaxis, las faltas de ortografía, el desconocimiento cada vez más profundo que tenemos de nuestra alma.
La grandeza de Pasolini, de Lorca o Antonio Machado no puede evitar que al hablar de ellos hablemos de sus muertes y que memoricemos morosamente los detalles que las precedieron y los que las siguieron, estoy seguro de que ninguno de ellos quiso morir por sus ideas pero, sin la tierna ironía de Brassens y muy a su pesar, es por lo que lo hicieron.
Reconozco que yo también hubiera preferido hablar de Pasolini con ropa de mercadillo y con un utilitario carente de extras que hiciera sonreír con burla a los jovencitos bellos y pretenciosos; la soledad de la muerte acoge en las mismas garras del silencio al burgués y al comunista.
(21 de septiembre de 2019)
Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa;
que todo aquello que toco ya lo he tocado;
que soy prisionero de un interés indecente;
que cada convalecencia es una recaída;
que las aguas están estancadas...
(Pasolini - Análisis tardío -Traducción - Hugo Beccacece)
No recuerdo en este preciso momento si fue su propio y lujoso coche el que acabó deformándolo, aplastando sus órganos y sus huesos, el instrumento póstumo del martirio, como le dije a nuestra entrañable compañera, Roxane. Cada minuto de escritura nos exige demasiado, quedará escrito lo que podrá leerse cuando pasen los años, podrán ser evaluados los errores de sintaxis, las faltas de ortografía, el desconocimiento cada vez más profundo que tenemos de nuestra alma.
La grandeza de Pasolini, de Lorca o Antonio Machado no puede evitar que al hablar de ellos hablemos de sus muertes y que memoricemos morosamente los detalles que las precedieron y los que las siguieron, estoy seguro de que ninguno de ellos quiso morir por sus ideas pero, sin la tierna ironía de Brassens y muy a su pesar, es por lo que lo hicieron.
Reconozco que yo también hubiera preferido hablar de Pasolini con ropa de mercadillo y con un utilitario carente de extras que hiciera sonreír con burla a los jovencitos bellos y pretenciosos; la soledad de la muerte acoge en las mismas garras del silencio al burgués y al comunista.
(21 de septiembre de 2019)
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.