Algo ocurre cuando un poeta no quiere hablar de sus versos.
***
Esta ciudad que fue cuna de mi agonía,
hoy me lleva hasta el mar profundo de la queja.
(No hablaré de poesía)
Estarás sola cuando llegue el cartero
y pregunte por otra dirección,
¿sabes dónde vive la tolerancia?
¿dónde la generosidad que nadie tuvo contigo?
¿dónde encontrar el milagro de una sonrisa sincera?
Se hace tarde, la esperanza ha pasado,
la ciudad se cubre de una neblina fluorescente,
de banderas enterradas en un mástil vencido
que muestra las cadenas
de una derrota que gime en tu cabello
y brilla en las alfombras oscuras de tu cuadro de aforismos,
que muestra las cadenas
de una derrota que gime en tu cabello
y brilla en las alfombras oscuras de tu cuadro de aforismos,
y hay muchachos que escriben en el rostro de la calle
sueños y rabia con un verbo descontrolado
que ya no tiene orilla y vuelve a la distancia
del mar que lo inunda,
hay quien pasea
sin saber hacia dónde se encaminan las hojas
que morirán sin pluma y sin abrigo
ante los muros que caminan en el silencio
de los portales que abrazan la queja de los pobres,
el llanto de los lirios que gritan en los ojos de los charcos,
quien tiembla ante el recuerdo del amor
como si fuera un dios que no le perdonara
haber nacido con una sonrisa triste
como la tuya, como tu enredadera y tu recuerdo,
quien canta en las aceras
cuando en los árboles danza la soledad de un banco,
cuando la luna, los trajes y los requiebros
de un amante que sufre se han perdido
y un sobre abre la bruma que empaña la ventana
del vientre de una brisa que se entingue.
Siguen pasando los coches y te quedas ensimismada
con los fragmentos de belleza
que proyecta la luz de los faros sobre la lejanía
mientras tu corazón se acerca
a la fragilidad de un sueño inacabado,
a una ruta cortada por un murmullo de voces que no comprendes.
Nadie te espera, nadie te necesita
pero yo entregaré tu nombre a la rosa de los vientos
cuando haya una herida en la sombra callada de una estrella,
cuando el norte se apague y tenga para siempre tu sonrisa.
*** *** ***
Algo ocurre cuando un poeta no quiere hablar de sus versos.
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Algo ocurre cuando un poeta no quiere hablar de sus versos.
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Esta ciudad que fue cuna de mi silencio
hoy me lleva hasta el mar profundo de la queja.
(No hablaré de poesía)
Estarás sola cuando llegue el cartero
y pregunte por otra dirección,
¿sabes dónde vive la tolerancia?
¿dónde la generosidad que nadie tuvo contigo?
¿dónde encontrar el milagro de una sonrisa sincera?
Se hace tarde, la esperanza ha pasado,
la ciudad se cubre de una neblina fluorescente,
de banderas enterradas en un mástil cansado
que muestra las cadenas
de una derrota que gime en tu cabello
y brilla en las alfombras oscuras de tu cuadro de aforismos.
que muestra las cadenas
de una derrota que gime en tu cabello
y brilla en las alfombras oscuras de tu cuadro de aforismos.
Hay muchachos que escriben en el rostro de la calle
sueños y rabia con un verbo descontrolado
que ya no tiene orilla y vuelve a la distancia
del mar que lo inunda,
hay quien pasea
sin saber hacia dónde se encaminan las hojas
que morirán sin pluma y sin abrigo
ante los muros que caminan en el silencio
de los portales que abrazan la queja de los pobres,
el llanto de los lirios que gritan en los ojos de los charcos,
quien tiembla ante el recuerdo del amor
como si fuera un dios que no le perdonara
haber nacido con una sonrisa triste
como la tuya, como tu enredadera y tu recuerdo,
quien canta en las aceras
cuando en los árboles danza la soledad de un banco,
cuando la luna, los trajes y los requiebros
de un amante que sufre se han perdido
y un sobre abre la bruma que empaña la ventana
del vientre de una brisa que se extingue.
Siguen pasando los coches y te quedas ensimismada
con los fragmentos de belleza
que proyecta la luz de los faros sobre la lejanía
mientras tu corazón se acerca
a la fragilidad de un sueño inacabado,
a una ruta cortada por un murmullo de voces que no comprendes.
Nadie te espera, nadie te necesita
pero yo entregaré tu nombre a la rosa de los vientos
cuando haya una herida en la sombra callada de una estrella,
cuando el norte se apague y tenga para siempre tu sonrisa.