La huida o la muerte eran el mismo oído
para escuchar la lluvia,
esa lluvia violenta que empapaba los árboles
en Tarifa o en Baelo,
o en el pueblo perdido
donde me enseñaste a amar
la faz cambiante del mismo camino.
Tú estabas muy cansada
para poder escucharme,
para arrancar las flores
esparcidas por mi pensamiento.
cansada de morir entre los vivos,
ansiosa de vivir entre los muertos.
(Publicado el 7 de Febrero de 2012)
Ay Enrique, no quiero hacer ningún comentario insulso de los míos, para no estropear la belleza de estos versos.
ResponderEliminarDos estrofas preciosas, pero con las segunda me has arrancado las flores de mi pensamiento y aquí te las dejo con mi enhorabuena por escribir tan bonito.
Un abrazo.
Me alegra tanto, Elda, volver a leerte con tu desparpajo habitual. Las últimas veces te notaba un poco triste. Nunca nos cansamos, Elda, de recibir comentarios halagüeños, ya sabes miro el blog para saber si tengo alguno pendiente por leer, no es fácil acostumbrarse a lo que nos ha traído este invento; yo aprecio esta relación tan cordial que, a través de él, he establecido contigo.
ResponderEliminarRodeados dentro del círculo sagrado de la vida y de la muerte veo tus versos. Palabras negras (huida, muerte, lluvia violenta, cansancio y muerte de nuevo) sobre blanco (amar, flores, vida) y la atmósfera se carga de una hermosa decadencia.
ResponderEliminarNo es fácil estar en el punto de equilibrio entre lo perdido y lo recordado. Y tú lo estás.
La huida o la muerte eran el mismo oído... esto le mueve los pies del suelo a cualquiera...
Precioso poema Enrique, he visto que te llaman así, he destacado estos versos, me ha encantado, me han parecido muy buenos. Un abrazo
ResponderEliminarInés
cansada de morir entre los vivos,
ansiosa de vivir entre los muertos
Hermoso poema!! hermoso blog!!
ResponderEliminarSaludos caribeños...
Estar en contacto contigo es estar abierto a nuevas experiencias en el uso del lenguaje ¡Qué pena que hoy se usen tan pocas palabras en el habla cotidiana!
ResponderEliminarEs uno de esos poemas, Susi, que salen de muy adentro y que dejan muy poco espacio a la razón, por ello la asociación de palabras de signos contrarios no obedecía al intelecto.
Me agrada mucho, Inés, que te hayas pasado por mi blog, y que me digas que te ha gustado el poema y que resaltes los dos últimos versos.
ResponderEliminarUn saludo, y gracias.
Tan lejos y tan cerca como estamos, India Rebelde, agradezco tus elogios y no perderé la oportunidad de ponerme en contacto contigo.
ResponderEliminarMe ha encantado visitar tu
ResponderEliminarblog...
Bello tu poema, F.Enrique!
Te felicito!
Gracias por tu visita a mi
blog...
Un beso
Maria Lua
Gracias, Maria Lua. No es fácil atraer a las personas hacia un blog de poesía, quizás estemos pagando las nuevas tendencias, y cuando encontramos a alguien que lo hace, hemos de saber disfrutarlo. He leído algunos de tus poemas en tu lengua nativa, siempre he pensado que el portugués tiene una musicalidad que lo hace especial para el amor y la nostalgia.
ResponderEliminarGracias, Maria Lua por haber tenido la gentileza de pasarte por mi blog.
Un poema lleno de fuerza y lirismo.Los dos últimos versos, soberbios.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias, Elisa, tus palabras hacen que me sienta satisfecho y me ruborice un poco. No puedo negar que he tenido una predilección especial hacia los dos últimos versos, tanto por su barroquismo como por su significado.
ResponderEliminarUn saludo, Elisa.
Magistral cierre. Me quedo con ese "cansada de morir entre los vivos, ansiosa de vivir entre los muertos". Mis aplausos.
ResponderEliminarGracias, Alberto, como le digo a otros compañeros el cierre de este poema me dejó muy satisfecho. Tu opinión me resulta siempre interesante, siempre digna de tener en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu poema tiene la fuerza de tu alma transparente como la misma lluvia que cae desde el cielo de tu alma.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso.
Gracias, María, por tus bellas palabras hacia un poema que tiene una gran significación para mí.
EliminarUn abrazo.