domingo, 16 de octubre de 2016

Dejas en las arenas

Dejas en las arenas el rastro de un recuerdo 
que vibra acompasado
en la huella del alma plena que no se pierde
en revistas que llegan vestidas de fracaso,
ilusiones sin voz que gritan en el muro
donde esperas que vuelva mi nombre entre las piedras,
y dejas la distancia que anidó en el camino
de tu olvido a mi alcoba
con el reproche inquieto de una amante exiliada
que borda los deseos de juventud perdida
cuya camisa sigue latiendo en una llama.

Entre las flores nuevas que no supe enviarte,
entre los verdes trigos sigue firme la aurora
como un sueño de luz
que se adentra en la calma cuando llega tu imagen
de la playa a la orilla y alienta los encantos. 

Sigue abierta en tu rostro la primera sonrisa
entre el mar y los montes que cubren los paisajes,
entre pájaros tercos que cantan al mañana
y te llevan la espiga de un vuelo enmarañado
para sembrar laureles
de un sentimiento íntimo.

Eres como los astros que ahogan el olvido,
brillas entre los muertos para que no se pierdan,
como un árbol que llora la tristeza del mundo,
una sombra que siente
entre los espigones de un antiguo romance
de asonancia sentida en tus labios de sal
eres como ese barco
que nunca encontró puerto en las rutas vacías
y buscas sin descanso tu mirada en la cruz
para sentir que muere
el peso de una culpa,
entre libros gastados y un mástil desteñido
penetras en el vientre de una esperanza incierta,
porque nunca te rindes ni niegas el pasado.


   15 de marzo de 2015

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.